Contaminación: el lado B de los smartphones

Contaminación: el lado B de los smartphones

Detrás de cada smartphone hay un coste medioambiental oculto que nadie quiere reconocer. Nos negamos a mirar a los ojos las consecuencias ambientales que generan nuestras decisiones. Nos escondemos detrás de excusas como “no es tan grave” o “yo no puedo hacer un gran cambio en la contaminación”. Mentiras, mentiras y más mentiras. Si que puedes hacer algo por el ecosistema, empezando por elegir un móvil reacondicionado en lugar de uno nuevo. 

Si consideramos que en la fabricación de teléfonos móviles se necesitan minerales como aluminio, silicio, litio, carbono o níquel, los cuales son insustituibles en el ecosistema, y que, además, cada usuario renueva su móvil cada dos o tres años, el resultado es catastrófico.

¿Cuánto tiempo más se podrá mantener este tipo de fabricación junto con la costumbre de cambiar el teléfono constantemente?

El ritmo vertiginoso en que avanza la tecnología genera una constante necesidad en los usuarios de adquirir los modelos con las últimas funcionalidades. Y en ese círculo vicioso de “usar y tirar” la industria de la telefonía móvil se lleva puesto el planeta.

El daño ambiental de la fabricación de móviles en datos

Para ilustrar mejor las consecuencias vamos a analizar los siguientes datos:

  • El 80% de la huella de carbono que generan los smartphones se genera durante su fabricación.
  • La batería de un móvil puede contaminar 000 litros de agua
  • Considerando que una persona cambia su móvil cada 2 años, esto significa que a lo largo de su vida habrá necesitado más de una tonelada de recursos naturales para la producción de todos sus teléfonos
  • Fabricar un iPhone X genera 79 kilos de CO₂
  • Se necesitan más de 60 metales obtenidos de la minería para la fabricación de un solo teléfono.

Cuando uno se dispone a cambiar su móvil está pensando en cuánta memoria interna tiene, cómo son las características, qué funcionalidades destacan, etc. Pero, rara vez se plantea cómo está contaminando con dicha compra.

Si bien desde las empresas de telefonía deberían trabajar arduamente para revertir esta situación, es responsabilidad de los usuarios tomar decisiones de compra sostenibles.

¿Existe una solución para este problema?

Pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia en las consecuencias medioambientales de los smartphones.

Empezando por la frecuencia de recambio de móviles. Todos queremos usar los últimos modelos y disfrutar de los avances de la alta tecnología. Pero, la realidad es que cada año, por no decir cada mes, se lanzan nuevos smartphones con propuestas inéditas y estar siempre en la cresta de la ola de los avances tecnológicos es sinónimo de compras recurrentes.

Es mejor hacer un análisis detallado sobre el uso que le das a tu móvil y si realmente necesitas cambiarlo.

La mayoría de las ventas de smartphones son por pequeños fallos, pero el móvil aún tiene vida útil.

Otra manera de contribuir al planeta es elegir los teléfonos reacondicionados sobre los nuevos. Los smartphones no tienen una vida útil de sólo 2 a 5 años, sino que una vez reparados y reacondicionados pueden recuperar su funcionalidad al 100%.

Además, comprando un iPhone reacondicionado puedes ahorrar dinero y acceder a modelos más recientes.

¿Cuánto se reduce la huella de carbono al comprar un móvil reacondicionado en lugar de uno nuevo?

El impacto de CO₂ puede reducirse hasta 55kg cuando se compra un teléfono reacondicionado en lugar de uno nuevo.

¿Por qué? Porque fabricar un móvil nuevo genera 60 kg de CO₂, mientras que, reutilizar uno antiguo y reacondicionado solo 5 kg de CO₂.

Conociendo esta información, es hora de pasar a la acción. Reducir la contaminación y llevar una vida más sostenible es responsabilidad de todos. Cambiando tus hábitos tecnológicos, puedes sanar al planeta.